Ética
Etimológicamente, la ética viene de la palabra griega “Ethos”. Aristóteles define el ethos como temperamento, carácter, hábito, modo de ser (Escobar, 1992). Basado en esto, la ética es el conjunto de hábitos que el hombre posee y la forma como lo pone en práctica en la sociedad. Por esta razón es que muchas personas confunden la ética con la moral, cuando en realidad, la primera es la ciencia que se encarga del estudio de la segunda. Es decir, la ética es la disciplina filosófica que estudia el comportamiento moral del hombre en la sociedad (Escobar, 1992).
La definición anterior, hace pensar que sin la incorporación de la ética en el proceso educativo las clases no estarían bien desarrolladas. Para Perdomo (2001), la forma de hacerlo es por medio de los principios éticos, los cuales son los instrumentos que permiten surcar los mares del infinito conocimiento sin perderse, debido a que siempre señalan el rumbo.
Perdomo (2001) establece tres pilares fundamentales que forman la base de los principios éticos que se deben manipular en la educación. Estos pilares son: en primer lugar, la creación: se refiere al autor del conocimiento, sin el no hay educación puesto que es el que suministra el tema a discutir, es la materia prima del conocimiento. En segundo pilar es la explicación: esta se refiere al profesor, quien se encarga de explicar el conocimiento implícito que el autor quiere dar.
El último pilar que refleja el autor, es la asimilación: se refiere al alumno, es el que recibe el conocimiento dado por los dos pilares anteriores. La concatenación de estos tres pilares es la base de un proceso de enseñanza – aprendizaje acorde con un proceso educativo eficiente. Muestra como los tres pilares anteriores, son la base de la sabiduría y esta a su vez de los principios éticos pedagógicos
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