Desde este punto de
vista, la autora pone de manifiesto la imposibilidad del aprendizaje
conductista, y refleja su teoría cognoscitivista, pues lo que se debe
desarrollar en el alumno son destrezas generales para aprender; debe
desarrollar las tácticas, estrategias y conocimientos prácticos que lo
capaciten para adquirir nuevos contenidos, destrezas que le permitan recuperar
y recolectar información, y para resolver problemas. El modelo técnico que propone Hilda Taba tiene
muy en cuenta la cultura y las necesidades de los estudiantes y de ahí es que
se derivan las metas y los objetivos específicos. Para seleccionar las experiencias a utilizar
deben determinarse por la naturaleza y el desarrollo del conocimiento, el
aprendizaje y el propio estudiante, extendidas en dos dimensiones, el contenido
y las propias experiencias de aprendizaje y su calidad depende de los recursos
que posee la escuela y el aporte y papel que juegan los otros organismos
educativos. De este modelo se deriva una matriz curricular donde deben
reflejarse los objetivos específicos, el contenido, las experiencias de
aprendizaje o actividades y la evaluación para estas actividades. El esquema es
bastante simple y sugerimos que se deben incluir las metas o fines más
generales.
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